¿Marcialidad?
Pablo Buitrago Garai,
noviembre de 2009.
Asisto
de nuevo al eterno dilema del aikidoka sobre la marcialidad y asimismo de nuevo
vuelvo a escuchar discusiones entre aikidokas (algunas veces muy acaloradas)
sobre la marcialidad de tal o cual maestro. Y se me ocurre preguntarme si en
otras Artes marciales la gente tiene esa misma preocupación.
Un
karateka nunca se preguntara si un Tsuki es marcial o no, solamente lo hará con
la mayor contundencia y resolución posible; un kendoka no se preguntará si
cuando entra con la firme intención de alcanzar a su rival es marcial, es más,
un kendoka no se preguntara si su Arte es "resolutivo", ¡vaya
palabra!
Todos
sabemos que el Kendo no sirve para defenderse en la calle, pero nadie duda
sobre la marcialidad del Kendo; el Aikido se parece más al Karate, ya que solo
disponemos de nuestro propio cuerpo para combatir, es decir, no vehiculizamos
nuestra expresión "guerrera" mediante un arma, solo con nuestro
cuerpo, es entonces cuando asoman nuestras primeras dudas.
Por una
parte nos impresionan los maestros que manteniendo una vigilancia poderosa con
su presencia severa, marcan los Atemis cuando aparece un punto débil. Incluso
nos parecen muy marciales cuando nos amonestan en voz alta por nuestros errores
y nosotros adoptamos el rol de conejos asustados; algunos incluso se permiten
el lujo de despreciar a aquellos maestros que hacen mayor hincapié en la
fluidez de nuestros movimientos y no marcan Atemis.
Es
entonces cuando se reúnen los entendidos y hablan de Aikido evolucionado, y les
parece blasfemo "parar" una técnica para golpear, ¡que rudo!
¿A que
estamos jugando?
¿Quienes
somos nosotros para juzgar el trabajo de maestros que llevan años de dura
práctica y más dura enseñanza?
¿Tanto
entendemos para discernir la marcialidad de los mismos?
No será
esta búsqueda un síntoma de la desconfianza que nos genera este método de Budo.
No será que dudamos de que lo que estamos haciendo sirva para algo en caso de
un conflicto real; -sí, he dicho conflicto real-, otra palabra prohibida. Se
nos llena la boca diciendo que el Aikido esta por encima de eso, pero no la
perdemos de vista con el rabillo del ojo, esto no les pasa a los kendokas, son
un poquillo mas claros en sus planteamientos, ni a los karatekas, ellos saben
que el karate no es para pelearse, pero si tienen que hacerlo....
Creo que
el aikidoka debe borrar la palabra "marcial" de su diccionario, le
induce a pensamientos erróneos y a adoptar poses morales y físicas. Erguimos
nuestras espaldas, tratamos con displicencia a nuestros compañeros, hasta
algunos fruncen el ceño y pone caras de enfadados cuando practican ¡que
marcial! ¡Que patético!
Tras
cierto tiempo de práctica abandoné el mundo del Aikido, atrás deje alumnos y
algunos amigos. Me fui amargado con la sensación de no haber entendido nada.
Fue entonces cuando por casualidad conocí una escuela antigua de sable, (me
tenéis que disculpar pero no recuerdo el nombre), me sorprendió mucho la
hospitalidad con la que me recibieron los compañeros aun no conociéndome de
nada, pero aun me sorprendió más su actitud durante la práctica, me pareció
"aséptica" ellos no expresaban nada solo hacían.
Empecé
la practica en solitario pues vivía muy lejos de la escuela, solo tras tomar
distancia física y mental con todo lo experimentado hasta ese momento, pude ver
este asunto con un poco más de claridad. Cuando podía practicar con mis
compañeros de escuela, me di cuenta que mi intención inicial era la de
avasallarlos con todo mi bagaje, (no de manera consciente por supuesto),
descubrí que esas personas -aparentemente no marciales-,
respondían a todos mis ataques con templanza y es más, frecuentemente y sin
saber como me encontraba con un bokken firmemente apoyado sobre mi cuello,
ellos no tenían intención, solamente ESTABAN, solamente HACIAN.
¡Descubrí la práctica por la práctica! Caí en la cuenta que la única
manera que tenia de aprender era repetir una y mil veces el movimiento
aprendido y combatir el tedio que me producían esas repeticiones, era mi lucha
diaria, las nuevas adquisiciones de conocimientos se me daban con cuentagotas y
yo intentaba aprovecharlas al máximo.
Cuando
te cuesta tanto aprender algo lo respetas mucho y cuando eso sucede, -la
práctica toma otro cariz-, se crea la disposición a aprender y trabajar,
respetas y adoras lo que haces y no estas dispuesto a dejarlo ni que nadie
interfiera, ni lo mancille con su ignorancia o su estupidez.
Dice un
principio de la termodinámica que el calor es la manifestación externa de la
energía y eso es perfectamente extrapolable a nuestro tema.
La
disposición que tenemos a realizar algo nace de la práctica continuada y del
respeto a lo que practicamos y eso genera una seguridad, un estado de ánimo,
eso es captado por los que están a nuestro alrededor, algunas veces se
manifiesta de forma sutil y otras de forma más expresa.
Cada
individuo es distinto, algunos lo expresan con fiereza y otros con templanza,
los hay que intentan imitar tomando atajos, eso que ven y se quedan en una
triste pose. No entienden que eso que sale al exterior es fruto de un trabajo
muy profundo. Algunos lo llaman marcialidad, a mi me gusta más la palabra
sinceridad.
Pablo Buitrago Garai,
noviembre de 2009.
MARCIALIDAD
Marcialidad en las artes marciales es un concepto que
se deriva del pasado guerrero y militar de estas técnicas de combate.
Al ser inherentes a la guerra y los ejércitos, las
artes marciales tomaron de estos, sus sistemas jerárquicos, de respeto, de
disciplina máxima, de máximo esfuerzo, de no claudicar, de obediencia y apego a
las reglas. Honor.
Por otra parte es de hacer notar que la prescencia y
gallardía que tienen los militares se ve trasladada a los practicantes de artes
marciales que realizan sus movimientos y ceremonias con esos principios
heredados de sus antepasados militares.
¿Las AMM tienen marcialidad?, solo aquellos
practicantes que tienen bases en sistemas tradicionales de artes marciales son
los que llevan la marcialidad a las AMM. En el caso de MMA o sistemas de
combate, las normas son más costumbres, a menudo carentes de un significado
profundo e interno para el practicante, el maestro, los compañeros o el dojo.
En ningún caso la definición marcial hace
referencia a ser más o menos violento, contundente, o eficaz en combate o en la
calle. Tampoco hace referencia al hecho de entrenar con agresividad, con
suavidad, con veracidad... Podemos considerar pues que marcialidad es el hecho
de practicar atendiendo a una serie de valores, no a hacerlo de una forma
violenta o agresiva.
1 comentario:
Desde mi mas humilde opinión, la "Marcialidad" no la proporciona el "Arte", en este caso AIKIDO, ya que este no tiene forma, es agua. La "Marcialidad", la proporciona el practicante, en este caso VASO.
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