domingo, 24 de febrero de 2008

Con el Maestro de mi Maestro

Desde mi más humilde apreciación como nóvel en este tan noble arte como es el aikido, os presentaré "mi crónica" (y espero que también vuestra, aunque siempre haya alguien que difiera), de la clase del pasado jueves 21 de febrero.
Gracias a Nando y a Rafa por habernos brindado esta experiencia.

El ambiente de misterio que nos había envuelto ante la “visita sorpresa” propuesta por nuestro maestro Nando, hacía presagiar que sería una clase más “tensa” de lo normal simplemente por el hecho de que nos visitaba el maestro de nuestro maestro: Rafael Fernández Cosa (3er Dan de la Aikikai). A Nando le noté un poco nervioso en el vestuario (lo digo con cariño puesto que sé lo que significaba para él) pero un cruce de miradas, una sonrisa y una palmadita en la espalda creo que le tranquilizó o al menos esa fue mi intención. Tras presentarnos a "Rafa" en el vestuario (que no Belén, que no es un “ancianito”... :P), supe desde el primer momento que todo saldría bien y que disfrutaríamos de una clase especial: para muchos de nosotros era la primera vez que asistíamos a un “curso de aikido”, si me permitís la licencia.

En el tatami, silencio y expectación, todos en seiza (¡qué raro se me hizo verte en la fila Nando!), entra Rafa y empezamos. Saludo inicial, calentamiento y primera técnica. Me doy cuenta enseguida de la impronta que dejó Rafa en nuestro maestro: los movimientos (amplios y elegantes) y sus consejos (de entre los innumerables, relajación y mucho Ki). Al igual que Nando, “emana” ese “no se qué” que te da tranquilidad y seguridad en lo que dice y hace: en su enseñanza. Quizá la única diferencia sea la “contundencia” con que realiza las técnicas (al decir “contundencia” me refiero a “mayor veracidad” en el ataque… es que no sé como explicarlo! Bueno, el resultado sigue siendo el mismo: uke inmovilizado o proyectado - aunque mucho me temo que a medida que subamos de nivel, subiremos esa sinceridad, esa “contundencia”).
A medida que el tiempo pasaba, a Rafa se le notaba cada vez más a gusto, tanto, que parecía que no quería acabar la clase. Se llenaba de orgullo hablando de sus alumnos y del trabajo que realizan... Se le veía muy contento pero llegó lo inevitable: la clase acababa. Cuando todo terminó, muestras de gratitud hacia Rafa y Nando por la oportunidad que nos habían brindado... Fuera del tatami, en el bar, tiempo para todo: intercambiar impresiones, anécdotas, consejos, risas... muchas risas.

Y concluir diciendo que me ha sido muy grata y enriquecedora la experiencia, en todos los aspectos, pero en especial, a nivel “humano”... Pero no quisiera terminar estas líneas sin decir dos cosas: a Nando decirle que “rama que a su árbol se parece, honra merece” y a todos vosotros (incluyéndome por supuesto) que “quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija”... Y es que, como dijo O Sensei: El budo original es entrenamiento del espíritu hacia la armonía y su propósito final es producir verdaderos seres humanos que mejoren el mundo. Ése debe ser el precepto del budoka.

Gracias Nando.

6 comentarios:

Kalipo dijo...

Coincido completamente compañero, y describes muy bien mis sensaciones. Un abrazo

Belén dijo...

Espero pronto se repita, gracias maestro "viejecito"¡¡¡¡ Gracias maestro Fernando por un día tan especial.

Hugo dijo...

O.o yo x lo q decia nando pa mi q era un garrulo de 10x15

Nando dijo...

jejejje me alegro de que os gustara la visita. La repetiremos :)

jocavalle dijo...

Por lo que he visto, Nando, sois un grupo muy unido y lleváis el Aikido a un nivel más que las meras técnicas. Me recuerda, con nostalgia y nudo en la garganta, al grupo aikidoka al que me uní allá por 1994. Aunque mis compromisos laborales y familiares no me permiten entrenar desde hace bastante tiempo, llevo el aikido muy dentro de mí, ese aikido que estás inculcando. Tú, como yo y las personas que aprendimos aikido en san fernando, tenemos un gran maestro, Rafa. Te animo a que sigas en esa línea, no caigas en absurdas políticas como hicieron otros (que así les va); para mí el aikido te lleva hacia un sitio u otro dependiendo de cómo lo sientas y lo trates. Nando, tú tienes mucho de Obi Wan Kenobi, lucha por no convertirte en Darth Vader como les paso a otros...tú me entiendes. Sigue así, es la forma perfecta para difundir aikido y entender todo lo que conlleva este hermoso arte marcial. Un saludo de un antiguo aikidoka, Jose Carlos.

Nando dijo...

Muchísimas gracias por tus palabras, Jose Carlos. Tienes razón en lo del grupo, está realmente unido y es un orgullo para mí poder contar con compañeros como ellos en la clase.

Esperemos todo siga así durante mucho, mucho tiempo ;)

1 abrazo!!!
Nando